Tanto si eres inversor como si estás pensando en vender o recibir financiación para tu empresa, el proceso de due diligence es sin duda crucial. En este post te enseñamos exactamente en qué consiste una debida diligencia, cómo funciona paso a paso, cuándo y cómo debe hacerse, y otra información legal que te hará entender a la perfección cómo navegar a través de este proceso. 

 

¿Qué es una due diligence?

 

Una due diligence (o diligencia debida) es el proceso de investigación y análisis que un inversor interesado en adquirir o invertir en una compañía realiza para entender la verdadera situación de la empresa (tanto a nivel operativo, legal, financiero o comercial) y descubrir posibles riesgos asociados con la operación.

Es decir, se trata del examen que hará el inversor antes de desembolsar la cantidad económica pactada para descubrir el estado real de todas las áreas de la compañía, pudiendo así encontrar cualquier detalle o aspecto que pudiera haber quedado escondido en las negociaciones anteriores.

Así, básicamente pretende:

  • Valorar la oportunidad de inversión (si va a ser verdaderamente rentable y en qué medida)
  • Los riesgos asociados con la operación, y de qué tipo son (para determinar si lastrarían demasiado al futuro del proyecto)
  • Finalmente, y como punto más importante, determinar el precio adecuado de la empresa

Aunque en la mayoría de los casos esta due diligence se lleva a cabo por parte de la parte compradora, es cierto que el emprendedor o propietario del negocio a vender también puede llegar a investigar al fondo o inversor, realizando el mismo proceso de análisis. En este caso, analizaría:

  • De dónde proceden sus fondos
  • Cuál es su especialidad (esto es especialmente importante en los casos de inversión en los que queremos que el nuevo socio nos asesore en el día a día de la empresa)
  • A qué emprendedores han financiado antes y cómo se ha desarrollado el proceso

También debemos tener en cuenta que es habitual realizar un proceso de diligencia debida en reestructuraciones empresariales, adquisiciones o fusiones.

 

¿Para qué sirve?

 

En numerosas ocasiones el emprendedor o fundador de una empresa se encuentra vendiendo su idea de negocio a un inversor o posible comprador.

Para poder lograr el objetivo de recibir financiación por parte de este inversor o materializar la venta al mayor precio posible, el propietario del negocio imparte preparados discursos de ventas, con presentaciones muy elaboradas y persuasivas.

Obviamente, en todas estas las proyecciones financieras siempre dan resultados positivos, y la imagen que se transmite de la empresa es muy prometedora.

¿Cómo iba alguien a invertir en ella sino?

El due diligence es el proceso que le asegura al inversor o comprador que efectivamente esos números tan “bonitos” que ha visto en la presentación o pitch son verdaderamente ciertos.

Es decir, esta “auditoría” le sirve al inversor para entender la realidad de la empresa, pero esta vez mirando y analizando con lupa números reales a través de facturas y documentos oficiales. Le sirve para identificar posibles riesgos (después de ver la situación de todos los departamentos de la compañía), teniendo una foto mas completa y verídica de allí donde va a poner su dinero.

 

Quiero hablar con un abogado

 

¿Cómo funciona el proceso?

 

Podemos dividir el proceso en tres partes distintas.

En primer lugar se inicia una solicitud o petición por parte del futuro inversor/comprador para poder entrar y realizar el análisis. Es decir, lo primero es conseguir la autorización de la empresa a “auditar” o analizar para poder iniciar el proceso.

Una vez el inversor recibe la aceptación explícita, puede iniciar la investigación.

A partir de entonces la empresa está obligada a ser totalmente transparente y aportar la información solicitada. En caso de no actuar de buena fe (término muy recurrente en el mundo del derecho), puede llegar a ser sancionada y verse obligado a pagar una indemnización.

¿A qué nos referimos con no actuar de buena fe?

Básicamente ocultar información, esconder cualquier detalle que pueda ser relevante para el inversor, o impedir que éste siga con el proceso de manera normal.

Después de investigar y analizar toda la información pertinente, se extraen los valores específicos que se querían investigar, normalmente a través de un informe detallado (lo más frecuente es un informe financiero y otro de capital intelectual, aunque además puede ser laboral, comercial, tecnológico, legal, etc.) para poder extraer conclusiones detalladas y que éstas sirvan para la toma de decisiones.

Como es lógico, todo va acompañado de un acuerdo de confidencialidad por ambas partes. Pues al ir tan a fondo con la investigación, el inversor acabará disponiendo de información «insider» que podría usar para su propio beneficio. 

 

¿Quién realiza la due diligence?

 

Como hemos visto, en el corazón de cualquier due diligence se encuentra el proceso de ir a la empresa de manera presencial para auditar y realizar todas las investigaciones pertinentes.

Pero, ¿quién lo hará realmente?

Será el comprador o inversor quien lo designe. Habitualmente se trata de abogados (sobretodo para la parte legal), auditores (para la parte de contabilidad y proyección financiera), o bien consultores (con un perfil mucho más integral).

Dependiendo de la magnitud del trato, del tamaño y tipo de empresa, requerir a un tipo de profesional o a otro será necesario. 

 

¿Cuánto dura?

 

Por lo general, una diligencia debida puede extenderse de 1 a 2 meses máximo.

Cuanto más rápido, mejor. Y esto es así por la empresa investigada. 

No hay lugar a dudas que una due diligence es un proceso de análisis exhaustivo, que involucrará a varios miembros de la empresa, teniendo que paralizar su actividad normal del día a día. 

Es por eso que cuanto más rápido y corto sea el proceso, menos se interferirá en el normal funcionamiento de la compañía, objetivo primordial en todo momento.

 

Tipos de diligencia debida

 

¿Qué tipos de due diligence existen? A nivel general, muchos. Básicamente uno para cada una de las áreas de la empresa que queramos analizar.

Todos en sí mismos son importantes, pues los aspectos ocultos o que pueden generar riesgo para la inversión o compra de una empresa pueden estar detrás de cualquier área.

No obstante, el más usado en una compraventa de una empresa es el financiero operativo. Pero, además, podemos encontrar también:

  • Fiscal
  • Administrativo
  • Mercantil
  • Comercial
  • Laboral
  • Medioambiental
  • Inmobiliario

Así, cada uno de los tipos de due diligence se refiere al área del negocio que se analiza.

El últimos caso de este listado merece especial mención. Como ya vimos en el proceso de compraventa de una propiedad, la diligencia debida en el mundo inmobiliaria hace referencia a un informe de situación que se realiza sobre un inmueble que se va a vender (en lugar de una compañía) en que se revisa ya analiza calidad inmueble legalmente, punto de vista técnico y medioambiental, para identificar posibles contingencias.

 

¿Qué analizamos en un due diligence financiero operativo?

 

La diligencia de carácter financiero o operativo merece especial mención, pues en muchos casos es la más relevante y la más frecuentemente usada.

Dentro de ésta podemos analizar todo cuanto queramos (y pactemos con la empresa). Como hemos comentado, hay due diligence notablemente extensas que analizan todas y cada una de las unidades de negocio empresariales, para lograr un informe de situación lo más realista y completo posible.

No obstante, en la práctica la mayoría se centran en aquellos aspectos más interesantes para el inversor: ingresos, costes, operaciones y estructuración financiera de activos y pasivos.

¿Qué se miraría para cada una de estas áreas?

En primer lugar, desde el punto de vista de ingresos se analizan las ventas actuales que está generando la empresa y su histórico, computando si la proyección futura es creciente. Además, para poderlo verificar, se procede con una auditoría en la que se analiza analizando documentos: recibos, facturas, estados contables y bancarios, etc.

Después tenemos toda la parte de costes, fundamental para entender cuáles son los costes fijos y variables que necesita el negocio para poder operar en el día a día. Esto se complementa con recibos y facturas de compras, contratos activos de alquiler, luz, teléfono, etc.

Finalmente, todo lo referente a las operaciones. Es decir, buscar cualquier detalle que pueda llegar a impedir que la empresa funcione y siga operando funcionalmente. Aquí se pueden revisar si la empresa cuenta con las licencias adecuadas y si está dentro del marco legal, si el know-how necesario para operar está disponible para todos los trabajadores o se concentra únicamente en manos del CEO, etc.

Cada empresa es un mundo, y el análisis específico dependerá del caso particular. No obstante, estos 3 pilares son siempre fundamentales para entender la “salud” de la compañía objetivo.

 

Abogado para due diligence

 

Hasta aquí el funcionamiento del proceso de debida diligencia. 

Es muy probable que después de leer este artículo sigas teniendo dudas. Y, de hecho, deberías: se trata de una parte muy importante en el proceso de compraventa y que merece muy especial atención. 

Es por eso que contar con un abogado especialista a tu lado puede ser la mejor alternativa para evitar cualquier problema en un futuro y garantizar el éxito a largo plazo

Así, nuestro equipo de abogados mercantiles está a tu completa disposición para ayudarte y asesorate paso a paso. Queremos ser tus abogado para tu proceso de due diligence.

 

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